El grupo de amistad interparlamentaria entre Uruguay e Israel

16/May/2011

Semanario Hebreo, Alberto Couriel

El grupo de amistad interparlamentaria entre Uruguay e Israel

12-5-2011 Alberto Couriel
El parlamento uruguayo ha concretado más de 30 grupos de amistad interparlamentarios cuyo propósito es contribuir con otros países al mutuo entendimiento político y a un estrechamiento de la cooperación en los campos: social, económico, comercial, cultural y político. Los grupos están integrados por senadores y diputados de todos los partidos con representación parlamentaria. Dentro de estos grupos está el conformado con Israel, país con el que Uruguay no sólo mantiene una excelente relación bilateral, sino que de alguna manera son dos países hermanados. A ello contribuyó la actuación de Uruguay en la creación del Estado de Israel y el imponente discurso del Embajador Rodriguez Fabregat en las Naciones Unidas en 1947. Seguramente ello es lo que dio lugar a una declaración de Simon Peres en una visita a Uruguay al expresar “tal vez pueda decirse que Uruguay es el mejor amigo de Israel”.
En esta ocasión se trata de avanzar en relaciones directas entre parlamentarios uruguayos e israelíes para contribuir a afianzar las relaciones de afecto y para lograr acuerdos que beneficien a ambas sociedades.
Sin duda, los temas bilaterales son relevantes, como la posibilidad de incrementar las relaciones comerciales, las inversiones directas, los apoyos tecnológicos entre ambos países. Uruguay, con un fuerte dinamismo pero aún entre los países subdesarrollados, e Israel que por sus avances tecnológicos ya se considera como perteneciente al mundo desarrollado. Pero además el grupo de amistad puede analizar una agenda de carácter global que pueda interesar a ambos países. Israel es un país desarrollado con extraordinarios avances políticos, por su estabilidad democrática, y mejoras económicas y sociales significativas. Pero tiene un gran problema de seguridad. Lo más relevante es asegurar y garantizar la existencia del Estado de Israel, para lo cual son imprescindibles acuerdos de paz. Ello significa garantizar la existencia de dos Estados, el de Israel y el de Palestina, con fronteras seguras, con independencia y autonomía, lo que requiere la necesidad de erradicar los fundamentalismos religiosos que dificultan los acuerdos de paz. Ello significa el respeto y la tolerancia al otro, de otros valores, otras culturas y otras religiones.
Uruguay es un excelente ejemplo en esta materia. No pueden ser aceptables declaraciones que planteen la existencia de un solo Estado o la posibilidad de destruir al Estado de Israel. El grupo de los cuatro, integrado por EEUU, la Unión Europea, Rusia y las Naciones Unidas, debe cumplir un rol vital para alcanzar los acuerdos deseados. El papel de Irán es muy relevante para alcanzar dichos acuerdos y para ello las grandes potencias internacionales deben prevenir todo tipo de acciones que profundicen la crisis de Medio Oriente.
Las actuales revueltas en el mundo árabe –como en Siria y el norte de África– pueden influir en la situación de la región, pero surgen muchas incertidumbres en el futuro inmediato. No se sabe quiénes son los rebeldes, el papel de lo religioso, las posibilidades y potencialidades de que emerjan procesos democráticos, los problemas tribales y el papel de las redes sociales. No podemos pasar por alto nuestra profunda crítica a los bombardeos de las potencias occidentales, que asesinan a ciudadanos indefensos en nombre de razones humanitarias. Lo que es evidente es que estos acontecimientos van a tener consecuencias en las relaciones con Israel.
Otro tema a considerar es la continuidad de acciones de antisemitismo, en pleno siglo XXI, después de los horrores del holocausto y de 23 siglos de discriminación. Todos los actores deberán contribuir para alcanzar acuerdos de paz. Israel articulado militar y políticamente con EEUU deberá también hacer esfuerzos, como el de no apoyar la continuidad de nuevos asentamientos, que dificultan las negociaciones de paz y seguridad que todos deseamos.